sábado, 5 de septiembre de 2015

De nuestro Hermano Mayor

Queridos hermanos:

Apenas sin darnos cuenta, nos hallamos ante un nuevo curso parroquial, y desde nuestra hermandad lo vamos a vivir muy intensamente; cargados de nuevas ilusiones y proyectos, que se verán materializados  -D. m.- reforzando más si cabe nuestra bolsa de caridad, la formación, nuestra Juventud, los cultos… Para ello es necesaria la implicación y las ganas de todos vosotros. Desde la Diputación de Caridad reanudaremos los talleres de empleabilidad y orientación laboral, que tan buen resultado han tenido; algo que hubiera sido imposible sin la desinteresada colaboración de Jesús Lorente. En cuanto a la formación, este año la reforzaremos con varias sesiones a lo largo del curso. Desde la hermandad, creemos que serán un complemento más a las distintas formaciones que ya existen en nuestra parroquia. Seguiremos cuidando todos los detalles en los cultos, para que vosotros -que dais vida a los mismos- disfrutéis y salgáis reconfortados como verdaderos seguidores de Cristo.

Nuestros jóvenes recobran protagonismo: Sevilla acogerá en noviembre el III Encuentro Nacional de Jóvenes de Hermandades. En ellos recae la responsabilidad de que este evento sea muy provechoso en todo el ámbito nacional.

Así pues, y ante este horizonte, iniciamos este nuevo curso, que en 2016 estará marcado por la efeméride que nuestra parroquia -y de la mano nuestra hermandad- celebrará junto a la Comunidad Mínima, pues se conmemoran los 500 años del nacimiento de su fundador San Francisco de Paula.

Septiembre ha llegado, y con él los cultos a nuestra amantísima titular, Nuestra Señora de los Dolores. Con el paso de los años, comprobamos cómo se suceden los hechos que de una u otra forma nos van marcando a pesar de nuestros pensamientos más optimistas. Y es que a lo largo del tiempo experimentamos varias etapas: somos niños y “en un parpadeo” nos convertimos en jóvenes con muchas inquietudes y proyectos; llegamos a la edad adulta, en la cual buscamos otro tipo de metas y –por qué no- de nuevos proyectos. Durante este devenir, vemos en nuestro día a día, cómo van desapareciendo personas que lo son todo en nuestra vida, cómo se pierden algunas de las amistades más duraderas, o cómo familiares gozan ya de toda plenitud junto al Padre. Ante todo esto, puedo decir que hay un sentimiento que siempre perdura ante toda adversidad: el amor de nuestra madre, tanto la biológica como la celestial, la Madre de Jesús, a la que -otro septiembre más- nuestros priostes elevaran con todo su amor un bello altar donde contemplarla como la Reina de San José Obrero.

Durante todos sus cultos, la “tendremos” para todos nosotros: para ti, hermano; para ti, fiel devoto; para hablar más directamente con ella, para acogerla como referente, para ser mejor persona, para creer en el amor incondicional e indestructible de una madre hacia su hijo… para que Ella nos envuelva bajo su protección y no perdamos nunca la esperanza. Nuestra madre, “la de los obreros”, la que encandila nuestros corazones cada vez que nos quedamos a solas con Ella, la que siempre nos acompaña en nuestra parroquia desde que la gubiara Luis Álvarez Duarte; “la jefa” de esta familia que cada vez se hace más grande -pero que no por eso debe perder su esencia. Otro septiembre más para vivir, como cristianos comprometidos que somos, alrededor de nuestra Madre de los Dolores.

Disfrutemos cada momento junto a Ella. Seamos felices junto a Ella. No sólo participando en sus cultos; también haciendo convivencia en las Jornadas Populares, pues -recordad- también se organizan en su honor y son una buena forma de estar unidos y de conocernos. Acudamos a su encuentro, como cuando éramos niños y buscábamos el calor y el amparo de nuestra madre.

Sin más, recibid un fuerte abrazo en Cristo y su bendita Madre, la Virgen de los Dolores.

Rafael Ramírez Cervetto
Hermano Mayor