viernes, 27 de febrero de 2015

De nuestro director espiritual y párroco


Con la celebración litúrgica del Miércoles de Ceniza, la Iglesia convoca a todos sus hijos para ponerse en las manos del Espíritu y dejarse llevar, como Jesús, al desierto de su propio corazón donde Dios les espera para hablarles con amor.

Porque vivimos en medio de un mundo que solo busca lo inmediato, lo útil, lo práctico, lo meramente externo y cree que con ello ya tiene asegurada su plena felicidad. En cambio, por poco que nos detengamos a pensar detectamos que la realidad humana es mucho más densa, más rica, más divina de lo que habitualmente pensamos. A esto nos lleva la Cuaresma cristiana: a descubrir estos valores que son la verdadera dimensión de la persona humana. Y este descubrimiento ocurrirá si buscamos a Dios con un corazón abierto, limpio, humilde, sencillo.

Si esta es la propuesta que la Iglesia hace a todos los cristianos, en nombre de la misma, yo, en calidad de vuestro director espiritual, me dirijo a todos vosotros, miembros de esta humilde y santa Hermandad de San José Obrero, para urgiros a que viváis intensamente estos cuarenta días buscando al Señor, de modo que luego podamos gozar de los bienes que nos promete la Pascua de Jesucristo.

Paradójicamente, esta búsqueda de Dios nos llevará a encontrarnos con nosotros mismos, y cómo no, a encontrarnos también con nuestros hermanos.

Así que hagamos juntos el camino de Cuaresma escuchando asiduamente la Palabra de Dios, participando en la Eucaristía y acercándonos al Sacramento de las Penitencia con un corazón contrito y humillado.

Sólo así descubriremos en el hermano la presencia del Señor y todos los gestos y cultos que celebremos tendrán hondo sentido cristiano, que es lo que hoy el mundo espera de nosotros.

Fray Abilio León, O.M.
Director espiritual y párroco.